Amar la vida


12 de noviembre, 20:00 horas

Amar la vida (Wit)
Reino Unido, EE.UU., 2001, 95 min.
Dirigida por Mike Nichols
Interpretada por Emma Thompson, Christopher Lloyd, Eileen Atkins
Guión de Margaret Edson y Emma Thompson
Fotografía de Seamus McGarvey
Música de Henryk Mikolaj Gorecki, Arvo Pärt y Dmitri Shostakovich

Calificación: mayores de 18 años


RECOMENDACIÓN DIDÁCTICA:


Edad: mayores de 18 años (a causa de la crudeza temática y la sobriedad de la puesta en escena).
Grupos: padres, docentes, orientadores, profesionales de la salud, cuidadores.
Áreas:
Escuela de Padres, Tutoría, Ciencias de la Salud, Lengua y Literatura, Ética, Filosofía, Religión.
Temas: cuidados paliativos, educación emocional, bioética, relación médico-paciente, muerte, enfermedad.


SINOPSIS:


Vivian Bearing de 48 años es una brillante e ingeniosa profesora de Literatura Inglesa, doctorada en Filosofía y experta en poemas del siglo XVII. Sobre todo en un autor (John Donne) cuyo poema hace de eje transversal de la película. Vivian se ha dedicado por completo a la vida universitaria, siendo una profesora exigente e intransigente.

Su tranquila y solitaria existencia se ve alterada cuando se le diagnostica un cáncer de difícil curación (cáncer ovárico metastático en estadio IV). Su única alternativa es someterse a un tratamiento experimental cuya eficacia no ha sido todavía demostrada y que, irónicamente, le será administrado por un joven doctor que fue antiguo alumno suyo.

Haciendo uso de su inteligencia e ingenio, Vivian afronta esta dura prueba, en la que acabará por darse cuenta de que el amor a la vida es su mejor arma.


DATOS DE INTERÉS:

Amar la vida basada en la obra teatral de Margaret Edson “Wit”, premio Pullitzer de 1999.

La obra teatral fue adaptada en España por Lluís Pasqual e interpretada por Rosa María Sardá en 2003.

La película fue pensada para distribuirse directamente en televisión, aunque su factura sea de una calidad indiscutible. Detrás de esta aparente contradicción está la mano de la productora HBO, actual responsable de las mejores series televisivas.

Esto no impidió que la película fuera bien acogida en los festivales. Emma Thompsom ganó el premio a la mejor actriz en el Festival de Valladolid de 2001.

El poeta inglés John Donne escribió, además del famoso poema sobre la muerte, un poema que daría título a la famosa obra de Hemingway "Por quién doblan las campanas".



SUGERENCIAS PARA EL DEBATE:

Si miramos la película desde la persectiva de la protagonista, podemos observar el proceso que sigue el personaje desde que le comunican su enfermedad hasta el desenlace final. Dicho proceso se ajusta a las fases psicológicas por las que pasan pacientes con enfermedades terminales.

Obsérvese la actitud y el perfil profesional del médico frente al personaje de la enfermera. Ambos representan modelos de comunicación diferentes, incluso contrapuestos, así como conceptos del dolor y la enfermedad dispares.


La protagonista analiza su vida pasada desde el primer día que tiene conocimiento de su enfermedad. Obsérvense las escenas en las que hace flashback de su vida, las actitudes que caracterizan sus actos y cómo a lo largo de la película va transformando la percepción de sí misma.


Otro aspecto interesante es la constante referencia literaria al poeta inglés John Donne, que vertebra todo el relato cinematográfico a modo de metáfora del propio devenir de la protagonista. La lectura del poema sobre la muerte va deconstruyéndose y adquiriendo connotaciones antes inimaginables para Vivian, una experta en literatura inglesa del siglo XVII, pero que aprenderá a vivir esa lectura en sus propias carnes.


Obsérvese por otro lado la puesta en escena sobria y teatral (Vivian se dirige a nosotros, nos increpa, nos exige reflexionar con ella), pese a los recurrentes flashbacks que facilitan la agilidad de la trama. El uso emocional de la música es un elemento también significativo.


WEBS DE APOYO:



OTRAS PELÍCULAS:

(que abordan el temas como la enfermedad, los cuidados paliativos, la relación médico-paciente, las habilidades sociales en la profesión médica, la relación cine-literatura, etc.)



MATERIAL AUDIOVISUAL:
(Se recomienda no ver los vídeos sobre la película antes de ser proyectada)

- Escena
- Película (VOSE): parte 1

- Amar la vidad es también hablar de la muerte (entrevista)

47 comentarios:

Agustina Carmona Sánchez dijo...

No es una película durísima, como pensé cuando terminó la proyección, lo duró es el tema: la enfermedad y la proximidad enexorable de la muerte. A todos nos afecta , sufrimos los daños colaterales del cáncer terminal o de cualquier otro padecimiento de esa índole, y , por tal razón nos enfrentamos al final de otras personas(en el mejor de los casos) por eso nos resulta tan dura.
El lenguaje, las acciones, etc. son bastante suaves.El tema está muy bien tratado. El Papel de su protagonista está bordado

Susana González López dijo...

La película de “Amar la vida” es de esas que a mí, personalmente, me remueve y en las que es difícil expresar tu opinión sin atravesar la débil línea que separa lo sentido de lo cursi. Espero no caer demasiado en lo segundo:
Creo que más que de cáncer habla de cómo una enfermedad de esas te desnuda, te queda desprovista de privilegios y reputaciones, te vuelve anónima, te deja literalmente con el culo al aire. Esas situaciones detienen el tiempo y te sientan en una cama con la única ocupación de observar. Y al observar lo de fuera con tanta atención es inevitable terminar viéndose a uno mismo.
Creo que la película toma el pretexto del cáncer para hablar de cómo algunos de los más brillantes cerebros acaban tan encantados de haberse conocido que terminan siendo ellos mismos y su currículum el fin último de sus estudios.
De cómo un gran oncólogo acaba olvidando la primera característica del cáncer, que es su faceta de devorar personas, a favor de unos logros científicos más encaminados a obtener el aplauso que la salvación.
De cómo una gran filósofa acaba analizando y escudriñando brillantemente los recursos estilísticos de un poema sin haber entendido primero el significado de unos versos.
Y habla también de cómo el más humilde, ignorante y doméstico de los personajes (la enfermera) es el único que ejerce meticulosamente su profesión sabiendo comprender lo que realmente importa de esta, dando al paciente desahuciado lo este necesita que es, más allá de las pastillas, compañía, un roce afectuoso, comprensión y, en definitiva, humanidad.
Ojalá que artistas, músicos, poetas, médicos, investigadores, arquitectos, profesores… en definitiva todos aquellos que tienen un don sean capaces de oír a esa profesora que no ha perdido el verdadero enfoque de la cuestión y reaccionen a tiempo comprendiendo que la verdadera esencia de estas dotes no es la medalla sino contribuir a entender, mejorar y amar la vida.
La interpretación genial.

Anónimo dijo...

"Amar la vida" es una experiencia de lo màs educativa desde el punto de vista que nos describe un tratamiento de ocho meses contra el cáncer, la protagonista está aprendiendo a sufrir, algo que no nos enseñan en el Aula.
Vivian es una intelectual que documenta su estado.Acostumbrada a controlarlo todo está fuera de control, aparece el temor, la inseguridad, algo para lo que nunca estamos lo suficientemente preparados: el aprendizaje para saber morir...
Alicia Díaz

Anónimo dijo...

Esta pelicula me parece un documental ya que nos cuenta un experimento médico sobre el cáncer.
El trabajo que hace la protagonista me ha impresionado en su esfuerzo total con su significativa contribución al conocimiento científico.
Esta doctora en Filosofía del Siglo XVII, se ofrece para la investigación médica.
La quimioterapia experimental es una experiencia durisima y la pelicula lo desarrolla de una forma muy valiente por parte de la protagonista.
La frase que me ha impactado al visionar este film ha sido "Yo siempre he querido saber más cosas"

Carlos Javier Escudero Salas

Anónimo dijo...

Bajo mi punto de vista la película es dura y realista. Trata la vida y la muerte como tema.
Los monólogos impactan. Se dirige al espectador, exige reflexionar con ella y usa la ironía como escudo (“Antes enseñaba yo; ahora me enseñan a mí.)
Terrible la soledad ante la enfermedad (hasta la televisión permanece apagada) y la entereza con que la afronta, al principio.
Conforme su enfermedad avanza pasa de ser una persona fuerte, exigente, implacable y segura a ser débil, indefensa y frágil.
El papel de los médicos refleja como, para “algunos”, prevalece la investigación (ciencia) a un trato humanitario y asistencial. No hay respeto a la integridad física y psicológica de la paciente, no se protege su intimidad y su sensibilidad en el tratamiento clínico.
Una persona enferma, que sufre, necesita calor humano y es la enfermera quien cumple ese papel en contraste con los médicos tan cerebrales.
Impresiona que sea el poema sobre la muerte (del poeta que trabajó en sus clases)el que repita durante su enfermedad, una y otra vez, hasta el final.
Buena película para debatir.

Ana Rey Cabezudo.

Anónimo dijo...

Cuando las personas se adentran en un mundo plenamente intelectual y, consecuentemente, alejado del mundo humanizado en el que conviven los sentimientos ,las inseguridades y temores de cualquier ser humano ocurre que no cuentan que en este mundo entramos TODOS ,sin importar el rango social en el que ellos se hayan situado, y que es en el que vivía la protagonista hasta que una enfermedad terrible de nuestros días,detiene su vida apartada de lo libros para subyugarse a otros humanos con pocos escrúpulos que, casualmente ,son investigadores por encima de cualquier rasgo de humanidad.Coloquialmente, digamos que la protagonista "tomará de su propia medicina".

maricarmen mg dijo...

El comentario aparece con fecha de 15 de noviembre.

Anónimo dijo...

Buena y dura película de Mike Nichols sobre la soledad, la vida y la muerte, aderezada con algunos momentos graciosos e irónicos. Sorprende de entrada, la entereza con que Vivian afronta el cáncer y cómo recurre a su intelecto para hacer frente él; pero después se nos muestra que esta doctora profesora también es humana, y tiene miedo. El recurrir a los sonetos de John Donne, para vencer su enfrentamiento intelectual con la muerte, es simplemente genial, tratándolo como una terapia a la que agarrase durante todo el tiempo que permanece ingresada en el hospital.

También a lo largo de la proyección quedan reflejada la falta de humanidad de los médicos y el calor humano de una enfermera y una anciana profesora. Otro tema de debate, real como la vida misma, es el de experimentar o investigar en nombre de la Ciencia, tema muy manido pero que sigue de actualidad a través de los tiempos. ¿Somos conejillos de indias? Para que la medicina avance, aunque algunos lo pongan en duda, parece ser que sí.

Basada en una novela de Margaret Edson, premio Pullitzer, técnicamente la película tiene un cierto aire teatral -apenas hay exteriores- y unos pocos escenarios muy estudiados, excepto los flashbacks, para que la historia cobre, si cabe, más dramatismo. Las secuencias en las que Vivian se dirige “al espectador” hacen que nos sintamos inmersos aún más en la agónica enfermedad. Emma Thompson está estupenda en la interpretación, y Mike Nichols, sobrio y efectivo en la dirección. La ausencia de planos generales y el ritmo lento de la película no hacen que ésta decaiga en ningún momento. Por otra parte, la música es adecuada al ritmo de la película.

En definitiva, película que no puede dejar indiferente a nadie después de su visionado, haciéndonos reflexionar sobre esta enfermedad, sobre la vida y las ganas de vivir cuando llega la muerte. J. Enrique Guzmán

Julia Rípodas dijo...

Hola a todos,
Algo que me ha parecido muy interesante de esta película es el efecto incapacitante que tienen la enfermedad y su “tratamiento” en la protagonista. Además de las consecuencias físicas evidentes y mostradas con gran crudeza en la película, la noticia de la enfermedad primero y la dureza del tratamiento después provocan en Vivian una devastadora INCAPACIDAD PARA TOMAR DECISIONES sobre aspectos fundamentales de su situación médica y de su vida.
Me ha impresionado profundamente la escena final del intento de reanimación en contra de la voluntad de la paciente. Pura VIOLENCIA ante la INDEFENSIÓN de Vivian.
¿Por qué se titula “Amar la vida”?
Un saludo,

Julia de la Peña Rípodas

Anónimo dijo...

El delicado tema que nos pres3ents el director es resuelto de forma notable por una gran actriz. El guión peca de literario.
El espectador asiste a la degradación del personaje. Sometida a un tratamiento experimental, la enferma es engullida por el protocolo hospitalario. Una puesta en escena, que peca de teatral. Ante tanta tensión y soledad, el personaje sale de su papel y establece un dialogo con el espectador. Todo este artificio es ligado por la soberbia actuación de Emma Thompson que construye con delicadeza y sensibilidad quirúrgica un personaje de carne y hueso. Que llora y acepta la muerte de forma poética.
Carlos de Bunes Ibarra.

Anónimo dijo...

De toda película, incluso de la más superficial, intentamos siempre aprender algo, y de una película sobre una mujer con cáncer terminal, uno esperaría, quizás ingenuamente, adquirir alguna enseñanza sobre cómo encarar esa escena final que a todos nos tocará representar, la de nuestra propia muerte. Pero la película de Mike Nichols resulta desconcertante, porque no nos muestra a una mujer que debamos tomar como ejemplo, sino que nos describe a una mujer que ha intentado escabullirse de la vida, y que también trata de escabullirse del hecho de que va a morir.
Para empezar con el desconcierto, la película contiene una sugerente paradoja: los protagonistas son cuatro expertos en la muerte, pero sobre tres de ellos tenemos fundadas sospechas de que son inexpertos en el arte de vivir. Cada uno a su manera posee una erudición sobre los últimos momentos de la existencia: la enferma de cáncer, Vivian (Emma Thompson), es una erudita en John Donne, poeta inglés cuya obra se centra a menudo en la muerte; los dos médicos que aparecen (un clínico y un investigador), son oncólogos, estudiosos del cáncer; y por último tenemos a una enfermera habituada a tratar con pacientes terminales.
Los tres primeros personajes, sabios en sus respectivos campos, muestran en todo momento una alarmante inhumanidad, una premeditada indiferencia ante el mundo emocional que rodea a la muerte. En el caso de los médicos nos parece hasta cierto punto parte de su trabajo, pero en varias escenas aparece un distanciamiento emocional atroz hacia la paciente, que nos hace juzgarlos como inmorales. Pero mucho más sorprendente que la inmoralidad de los médicos es el hecho de que la propia Vivian se distancie también de su propia muerte. El argumento más recurrente para explicar las peculiares conductas de los tres es que tienen miedo, un miedo en realidad muy comprensible, pues el final de la vida es algo que trastorna y angustia al más pintado. Lo extraño no es por tanto tener miedo a la muerte, y tampoco resulta muy extraño disfrazar ese miedo, lo realmente extraño de la película es que estos personajes disfrazan su miedo de una manera de lo más original: dedicándose en cuerpo y alma al estudio de la propia muerte. Con la investigación exhaustiva de las células cancerosas y del proceso degenerativo de los pacientes, y con el análisis concienzudo de los poemas metafísicos de Donne, estos personajes consiguen hábilmente eludir una mirada directa a la muerte, y la tratan como un objeto de estudio más, como si estudiaran la elasticidad del acero o la etapa azul de Picasso, como si no tuviera una importancia especial respecto a otras materias.
Los dos médicos ocultan sus emociones ante la muerte tras una jerga científica que les permite tratar a la protagonista como si fuera una rata de laboratorio a la que han inyectado células cancerosas. Pero, ¿qué piensan realmente de la muerte? Sus figuras atraviesan toda la película con su fría visión científica a cuestas, y los sentimientos que puedan tener al respecto quedan en la sombra.
Sólo el personaje de la enfermera se atreve a mirar directamente a los ojos de la muerte. Y es curioso que sea ella, una mujer sencilla y sin ambiciones intelectuales, la única que posee una auténtica sabiduría práctica y real acerca de esos momentos finales. Conoce las reacciones, los sentimientos, las fases emocionales por las que van discurriendo las enfermos terminales, y sabe también qué debe hacer: ser comprensiva con el sufrimiento del otro, pero no sufrir con él, porque si no su salud mental se resquebrajaría.
Diego Calleja (continúa en el siguiente mensaje)

Anónimo dijo...

Vivian, por su parte, se esconde de la realidad de que va a morir repitiendo una y otra vez un poema de Donne en el que una dudosa coma de la última línea puede decidir si Donne creía o no en la vida eterna. La protagonisyta parece obsesionada con el dilema de si Donne creía o no en la posibilidad de una existencia ultraterrena. Pero, ¿y ella?, ¿cree o no cree en la vida eterna? ¿Cree en Dios? ¿Tiene dudas? Desconcierta que Vivian sea experta en John Donne y que nada sepamos de su propia visión de la muerte. También es muy revelador que ella sea la narradora de la historia y que, sin embargo, conozcamos tan poco de su vida. Y es que parece que no ha tenido vida: sólo una persona -poco cercana- la visita durante los meses que está ingresada, y todos sus recuerdos, incluido aquel en el que aparece su padre, se centran en su amor por las palabras, por la literatura, no por las personas. Por lo demás, en los recuerdos que tiene de su labor como profesora nos acaba por resultar desagradable. No parece haber tenido vida afectiva, no parece haber vivido. Su propia directora de la tesis se dio cuenta de ese serio problema, de que Vivian usaba la literatura para huir de la vida. En el flash-back en el que la protagonista aparece como una estudiante ambiciosa, su directora de tesis le hace ver que dedica demasiado tiempo a los poemas de Donne: “Vivian, eres una mujer joven y brillante. Usa tu inteligencia. No vuelvas a la biblioteca. Sal fuera. Diviértete con tus amigos”.
Pero Vivian no fue inteligente y volvió a la biblioteca. Se puede argumentar que cada uno vive la vida a su manera y que no se puede criticar la elección vital de nadie, pues seguro que a Vivian le satisfacía esa consagración a los libros. Sin embargo, esa falta de diversión de la que hablaba su mentora, ese desapego hacia los demás, ese querer ser una isla..., indican que Vivian no ha sabido vivir, no ha sabido amar la vida, y es que ese amor a la vida, que da título a la película, no es algo que todos poseamos por el simple hecho de vivir, sino que requiere, como todo amor, un esfuerzo y un aprendizaje.
Por otro lado, es lógico que alguien que no sabe amar la vida, tampoco sepa afrontar la muerte. Ya hemos visto que durante casi todo el filme, el personaje encarnado por una excepcional Emma Thompson, vivirá su muerte como un objeto de estudio, como si fuera un poema más de Donne. Se esforzará por describirnos la fachada de la muerte, pero no se atreverá a abrir las puertas del edificio.
Sólo en el desenlace del filme, cuando el terrible dolor físico y la agonía le hagan incapaz de ignorar sus dolores emocionales, tomará conciencia de que la muerte que está analizando intelectualmente es la suya propia, y sólo en sus últimos momentos aprenderá a llorar y a emocionarse, y comprenderá que la muerte no es algo increíblemente abstruso y complejo que requiera recluirse en una biblioteca de por vida para ser comprendido, sino que es un hecho sencillo, de una sencillez aplastante, la sencillez de una coma, de unos polos en compañía, de unas caricias a tiempo o de un cuento infantil en el que un conejito aprende que no se puede vivir solo en el mundo.
Diego Calleja

Sonia dijo...

Hola, aunque este año no podré seguir el ciclo, quiero compartir con vosotros una película que encajaría muy bien en él. Me impactó muchísimo cuando la vi y hoy por hoy lo sigue haciendo. Es "Leolo" de Jean-Claude Lauzon,1990. Intensísima, poética, atemporal, agridulce -como la vida misma, indescriptible...una obra maestra. Y verla en V.O es una pasada. Lástima que su director (también guionista) muriese en un accidente de avioneta en 1995. La banda sonora es una maravilla pero no está editada :(
Es perfecta para hacer el trabajo para este ciclo. No os dejará indiferente. Hasta pronto

Sonia Nuñez

Anónimo dijo...

La muerte deshumanizada, la vida sin sentido.
La protagonista, soberbia Emma, se está muriendo y sigue actuando como si fuera a hacer un nuevo curso aplicativo a la poesía de John Donne. No tiene familia, no tiene amigos, sólo ex alumnos supervivientes a su asignatura. Da igual, la vida no es más que aprender algo nuevo cada día, ¿o no? Parece que al final lo es, porque la protagonista aprende que la vida es algo más que lo que ha vivido, pero sobre todo, algo diferente.
Si piensas así y te rodeas de personas que piensan igual que tú, nunca te plantearás alternativas hasta que sea inevitable, como en este caso; aunque lo inevitable en este caso, es final, tajante y sin marcha atrás.

La clasificación de la película me parece adecuada, aunque como dirían mis alumnos:”estamos acostumbrados a ver películas duras”, pero no están acostumbrados a la dureza emocional. Es un aspecto de su educación que está bastante olvidado, porque todos procuramos que sufran lo menos posible y acabamos criando personas vacías y egoístas.

Mª Dolores Fernández Zan

Anónimo dijo...

Está claro que se trata de una película que hace sentir la fragilidad humana. Hemos visto cómo una mujer inteligente, independiente, resolutiva y con ambiciones profesionales en su vida se “rompe” siendo espectadora de su propio final. Impresiona cuando dice que “es una celebridad” ha destacado tanto laboralmente como en su enfermedad, que prefiere la investigación a la humanidad pero que ahora espera humanidad cuando se siente como objeto de estudio (“…ahora me leen a mí, como un libro…”).
“Amar la vida” es una película que, a día de hoy, jamás escogería para verla… pero tengo que reconocer que es un buen trabajo pues la estupenda actuación de Emma Thompson se ve reforzada por el uso acertado de las estrategias audiovisuales del cine:
Ya el encabezamiento de la película muestra un inicio inquietante con el uso del desenfoque de la imagen y una estremecedora banda sonora.
Se oye mucho la respiración en las pausas de sus monólogos, para captar más la atención sobre sus palabras potenciando el silencio de la habitación, de su soledad.
La utilización de los flash-back que además de mostrar los recuerdos y vivencias de la protagonista contrastan a la mujer sana de la enferma.
El acertado uso de encuadres y angulaciones en distintos momentos que potencian la expresividad de las situaciones tal como el picado superior mostrándola insignificante cuando la dejan sola en la camilla para su revisión; la colocación de la cámara a ras de la cama para acercarnos más a la protagonista cuando revela sus sentimientos o el alejamiento progresivo cuando ríe junto a la enfermera por no saber el significado de “soporífero” (la palabra que despertó su interés por las letras) preparándonos para su despedida puesto que será sedada con morfina.
El final es sobrecogedor, la posición de la cámara cenital me recuerda a las visiones que se cuentan sobre el alma cuando abandona el cuerpo, como si la protagonista estuviera viéndose a sí misma, y quizá como si los protagonistas fuéramos nosotros mismos por tener esa misma visión.
Si la intención del director era mostrar la enfermedad de manera realista y contundente puedo afirmar que, desde mi punto de vista, lo ha logrado, pues los últimos minutos (a pesar de que ya se intuye el final) me hicieron removerme en mi asiento y sentir real estremecimiento.
Gloria Morán Mayo

Anónimo dijo...

:)

Anónimo dijo...

"Amar la vida" es una película impactante que te engancha desde el primer momento. Asistimos a las continuas apelaciones al público que poco a poco te envuelven en la trama de la película. Es una reflexión sobre la condición humana donde la soledad ejerce un papel fundamental. La dureza con que se nos presenta la enfermedad contrasta con los constantes comentarios satíricos que Vivian hace sobre sí misma y sobre el tratamiento médico experimental que está recibiendo.Presenciamos cómo una mujer brillante desde el punto de vista profesional se cuestiona su pasado falto de toda humanidad y falto de relaciones humanas. Incluso llega a identificar su comportamiento con sus alumnos en el pasado con el que ella está recibiendo como paciente. Los únicos personajes que muestran un comportamiento cercano son la enfermera y su antigua profesora quien ya le había aconsejado en el pasado que disfrutara más de la vida.
Desde el punto de vista interpretativo hay que destacar el papel de la protagonista sin desmerecer al resto del reparto.
Un saludo a todos y a seguir disfrutando.
Mª José Arias Vergel.

Blanca Díez García dijo...

Película dura que pretende hacernos reflexionar sobre la fragilidad de la vida y nos lleva como bien dice el título a "Amar la vida".
Para ello hace continuamente referencia al espectador con el fin de hacerlo participar en esta obra.
Nos presenta a un personaje seguro, frío y con éxito que se debate contra un rival;la muerte, de iguales características. Y quién, inicialmente se refugia en lo que ha conseguido en la vida , reacciona al final, como cualquier otra persona menos importante que ella, desmoronándose.
La película pone al descubierto que al final todos los valores fracasan frente a la muerte.
Llama principalmente la atención la frialdad y la falta de humanidad de los médicos en cuya escala de valores predominan los valores vitales frente a los éticos.En realidad defienden la vida en abstracto y no la vida de la persona humana.
Además se observa una deshumanización progresiva de la relación entre los médicos y la profesora. Contrariamente a lo anterior, se presenta la relación que mantiene la enfermera con la protagonista,a la que va poco a poco acercándose como un ser humano que sufre.
Finalmente esta película se puede utilizar como recurso didáctico interesante: en ella se plantea al alumno como los valores que aparecen son concebidos de modo diferente por los distintos personajes y pone al descubierto sus distintas escalas de valores.

Anónimo dijo...

De la Pelicula pueden extraerse varios tomas sobre los que reflexionar, aprte de unos de los principales que es el de la enfermedad de la protagonista, tb se puede observar otros como el de su trayectoria como persona y como profesional, en la vida qcreo que sembramos para luego recoger, esto se vió clarocuando tuvo que tratar con el médico que fué antiguo alumno suyo, el cual no recordaba a la protagonista por su cariño hacia los alumnos sino todo lo contrario.
Otro tema que no me queda claro es hacía quien va enfocada esta pelicula hacia los alumnos o hacia los profesores, es para ponerla en clase y reflesionar..., con quien?
de qué?, la veo mas dirigida hacia los docentes creo, pero en el aula nose que tipo de utilidad puede sacarsele, y si es así a ver si puede ayudarme alguien.
un saludo para todos

Santiago Cantero Moreno

Anónimo dijo...

"Amar la vida" trata un tema que no deja impasible a nadie, pues a todos nos resulta estremecedor ver hasta que punto una enfermedad ningunea a un ser humano. El visionado de la pelicula golpea la sensibilidad y las aprensiones del espectador como si fuera un puñetazo directo a la mandíbula. Sin embargo, creo que el tratamiento no carece de cierta elegancia o, al menos, cierta gentileza hacia nosotros. Es de agradecer la constante vigilancia irónica que se aprecia en la película con el fin de evitar el tremendismo, la grandilocuencia o lo truculento.
El papel que protagoniza Enma Thomposn impresiona y resulta muy atinado en sus dos facetas: la intelectual distante y soberbia y la mujer zarandeada por el peso de la desgracia. Más dudas me ofrece la perspectiva que adopta en algunas ocasiones la narración. Fundamentalmente esos momentos en los que la protagonista se despoja de su condición y se dirige directamente a la cámara. Siempre he percibido algo de falsedad y artificio en ese tipo de técnicas, aunque su fin sea rebajar la tensión.
A pesar de que la película en su conjunto constituye algo meritorio, en algunos momentos me ha resultado desigual. Por eso yo prefiero destacar algunas pinceladas maestras. Ante todo me quedo con una secuencia del final. Aquella en la que la protagonista recibe la visita de su antigua profesora. Resulta emotivo e impactante ver como una persona, una erudita filóloga desarmada hasta el límite por el dolor, prefiere escuchar un cuento para niños que un soneto de John Donne.
Mario Sánchez Jiménez

Anónimo dijo...

Me ha parecido una visión íntima, con diálogos directos con el espectador, de los descubrimientos y pasos que recorre una persona enferma. La película nos guía y muestra las diferentes fases por las que pasa la protagonista, la actriz Enma Thompson, magnifica, natural, inteligente…
Inicia la película jugando con sendos primerísimos planos, podemos ver cómo salen las palabras de la boca del doctor, palabras vacías de sentimiento y esperanza y mostrándonos las ansiedad con las que las recibe ella. Enseguida pasa al plano dialéctico de ambos personajes, se establece un especie de juego de inteligencias entre ambos bajo un falso ánimo por parte del doctor invitándola a iniciar un tratamiento agresivo que ella termina aceptando a pesar de las dudas que después le generaría.
La película nos va mostrando las serias y graves carencias sanitarias en el trato y respeto necesario a cualquier persona. Al principio, parte de esta situación de frialdad puede ser entendida porque estamos ante una persona independiente y fuerte carácter y eso puede justificar la frialdad y distanciamiento hacia ella. Pero vemos que durante el desarrollo de la película, la persona se va derrumbando física y mentalmente y hasta la mitad no vemos el primer contacto de apoyo de una mano a la enferma. La enfermera se va introduciendo en su nuevo mundo y condición de enferma.
Es patética la indiferencia y pésimo trato que recibe del personal sanitario, desde el técnico de radiología a los doctores. Pasan un día tras otro mirando gráficas y midiendo líquidos sin mirar cara a cara a la enferma.
Es la especialización llevada al máximo. Ver en la batalla de esta enferma con la muerte a través de un tratamiento intensivo fuera de lo habitual para no ser más que un conejillo de indias que termine figurando en un artículo de revista médica. Pero a esa especialización tampoco es ajena la protagonista. Era una mujer dura, exigente (como lo fue su tutora) y especializada en el escritor complejo británico John Done por lo que los personajes se movían en planos paralelos.
La realidad de la enfermedad fue haciendo aflorar la persona, perdiendo sofisticación en los versos y en su momento final, aparece de forma milagrosa en mitad de sus dolores, su vieja tutora, la abraza y lee un simple cuento infantil de conejos que la ayuda a morir tranquila.
Nuestro cerebro puede ser muy complejo, elaborar complicados comportamientos y en la hora de la muerte aflorar el corazón de una niña deseando ser abrazada y escuchar un cuento infantil.

C. MARTíN DE PRADO N-G.

Anónimo dijo...

¡Oh mísero de mí!!! ¡Oh infeliceeeee!!! No queda otra que bancarse uno mismo el final de su propia película. La protagonista de ésta es muy inteligente y muy torpe, no sabemos en qué medida exacta aunque intuímos que definitivamente aprende mucho más de la muerte que de sus años vividos (o debo decir de sus poemas estudiados?)…
Nos intimida cada vez que nos mira a los ojos de esa forma que sólo puede hacer quien sabe exactamente el tipo de tortura va a sufrir, y a pesar de ello, bajo esa apariencia de normalidad, esconde la soledad, el vacío y el desconsuelo.
Con unas palmadas… ¡Acción!!! Se llena la fría sala de discursos patéticos (los discursos en su mayoría lo son), ella observa y nos informa, intenta llevarnos a su lado para que también podamos analizar. ¿Queremos analizar? No hay opciones. Como le sucede a Vivian no las hay. Hay análisis detallado, espera endulzada de retrospectivas pero en definitiva tristeza y nada de esperanza. ¿Se puede amar la vida? Sí, pero no es fácil, y cada cual aprende (tarde o temprano) que para ello es mejor y más sencillo ser cuadro, sentirse parte del museo, y no convertirse tan sólo en simple observador y crítico del mismo.
(Genial interpretación)

Viridiana

Anónimo dijo...

Lapsus...

(Genial interpretación de Emma Thompson)

Viridiana

Unknown dijo...

¡Qué ironías las de esta película!tan reales como las de la vida misma... y como las de la muerte. Aunque rías por los comentarios de la protagonista o las incongruencias de los médicos, no puedes dejar de sentir compasión y pena durante toda la película.

Me ha impactado la crueldad manifestada por Kelekian y Jason (por ejemplo, cuando le preguntan a la protagonista si tiene dolores y no son capaces de ver por ellos mismos que así es), en contraposición a la humanidad de Susi, la enfermera.

Creo que lo genial de esta película es la forma de enlazar sentimientos tan contrapuestos: con la música y los comentarios directos de la protagonista al espectador; y con la fotografía, que recoge la evolución de ese rostro de una mujer joven y sana, a la de un rostro que se vuelve cadavérico antes de morir.

Por último, siempre pensé que las películas "buenas" no son aquellas con una fotografía excelente, una banda sonora genial o un argumento impecable, sino que son aquellas que te hacen pensar, sobre todo las que te hacen reflexionar sobre las personas que te rodean todos los días.

Anónimo dijo...

Buenas tardes.
La pelicula me gustó.
La actriz borda el personaje...INMEJORABLE!!

No me pareció demasiado dura de ver tratando el tema que trataba(es decir, no lloré ni necesité beber agua extra para pasar la saliva...), pues tuvo puntos de humor irónicos muy buenos. Lo que recuerdo es su ritmo lento, muy lento, para mi, y su vocabulario poético y literario, y sus constantes alusiones a sus clases de literatura,..en fin...Realmente un personaje bastante pedante que se humaniza a raiz de sufrir la enfermedad,...asi que espero nos sirva para que todos seamos mas humildes en nuestras actuaciones.

Por otro lado,..la película es buena, pero es de esas pelis que creo que no vería,..ni por su ritmo, ni por su temática.
Ya estamos todos, o casi todos, tocados con el cancer(personalmente, amigos o familiares), como para ver pelis que terminan asi.
Tengo un concepto mas liviano del cine, lo siento.
No obstante enhorabuena porque la pelicula es buena, aunque demasiado seria.
Saludos a todos.
MARIA DOLORES VALERO DIEZ.

Anónimo dijo...

Por cierto es mando este enlace de una coleccion de pelis de animacion infantil con tecnicas tradicionales.
www.cuentamundos.es
saludos.
MARIA DOLORES VALERO DIEZ.

Anónimo dijo...

Los que, como familiares, hemos vivido situaciones semejantes, esta película nos traslada a recuerdos duros y cercanos. Es curioso como la situación tan extrema que se presenta me ha servido de consuelo en mis propias experiencias, pues la soledad, la inexistecia familiar, la falta de amistad...que se expresan en la película no tiene ninguna semejanza con la triste realidad en mi caso sufrida.

Tambíén me llega la reflexión de lo positivo de la situación. El no exisitir dolor compartido (solo la enfermera) inevitablemente me lleva a considerar que de protagonizar una situación semejante en la vida real, sería preferible hacerlo de la dura manera que se proyecta y así no trasladar el dolor a tus seres más queridos.
Una película dura, muy triste, que hace reflexionar a todos, a unos, como en mi caso, por lo vivido, y a otros por si pudiera pasar.

Anónimo dijo...

Los que, como familiares, hemos vivido situaciones semejantes, esta película nos traslada a recuerdos duros y cercanos. Es curioso como la situación tan extrema que se presenta me ha servido de consuelo en mis propias experiencias, pues la soledad, la inexistecia familiar, la falta de amistad...que se expresan en la película no tiene ninguna semejanza con la triste realidad en mi caso sufrida.

Tambíén me llega la reflexión de lo positivo de la situación. El no exisitir dolor compartido (solo la enfermera) inevitablemente me lleva a considerar que de protagonizar una situación semejante en la vida real, sería preferible hacerlo de la dura manera que se proyecta y así no trasladar el dolor a tus seres más queridos.
Una película dura, muy triste, que hace reflexionar a todos, a unos, como en mi caso, por lo vivido, y a otros por si pudiera pasar.
Fernando Negrete García

Pedro Luis Menor Galán dijo...

Me ha parecido un documento audiovisual, interesante pero algo complejo y lento en su desarrollo para alumnos/as de secundaria. Me ha sorprendido el espíritu de autocrítica y evaluación que realiza la protagonista de su proceso mórbido y como afronta el tratamiento en una enfermedad tan estigmatizada en la sociedad occidental actual.
Realiza una evaluación del sistema sanitario occidental que tiene grandes déficits de atención al cliente (que aquí al parecer se le llama "paciente clínico"). El plan de humanización en la asistencia sanitaria del S.E.S. busca paliar dicho handicap que prefiere dar privilegios al modelo biologicista-orgánico sin atender a otros ámbitos necesarios para abordar el concepto de salud de forma integral (modelo bio-psico-social).Pedro Luis Menor Galán

Anónimo dijo...

"Amar la vida" plasma la realidad pura y dura. Nos hace reflexionar sobre el sentido de la vida. Pasamos toda nuestra existencia intentando superarnos y olvidamos las cosas sencillas. No encontramos tiempo para dedicárselo a un amigo, a una persona que te necesita, no saboreamos nuestros momentos de ocio. Y, al final, nos vamos solos, sin nada, con la palma de la mano vacía.
La actriz nos muestra como ella vivió en soledad, no quería salir con amigos, pues, según ella esto no le proporcionaba nada. Estaba dedicada tan sólo a su trabajo. No se comportó muy humanamente con sus alumnos, por ello, cuando cayó enferma, se encontró sola en una solitaria cama de hospital y se dio cuenta de lo agradable que resultaba algo tan sencillo como charlar con su ATS mientras saboreaba un polo.
Cuando su muerte estaba cercana, sólo podía pronunciar estas palabras:" Es hora de la sencilez".
A los médicos, por otra parte, lo único que les importaba era experimentar. La trataron, sencillamente, como ella vivió: inhumanamente.
Soledad Fernández.

Anónimo dijo...

Vivian Bearing es una mujer soberbia, inteligente, autosuficiente, controladora,... brillante, desde el punto de vista profesinal; su opción ha sido dedicar su vida a su trabajo y no hacer caso de su directora de tesis cuando le recomienda salir más con sus amigos y divertirse; ¿fue una decisión equivocada dándonos cuenta ahora que le quedaba tan poco tiempo de vida? Creo que no, cuando ella optó por ese modo de vida, eso era lo que realmente le apetecía. Uno no debe lamentarse de actos o decisiones pasadas pues cuando se hicieron o tomaron eran, seguro, la mejor opción.
Sin embargo, a la hora de enfrentarse a la muerte, esta mujer tan entera y tan dura se humaniza y agradece la compañía de la enfermera y saborea su último helado; es como su último momento de placer en la vida.
Me dolía la falta de humanidad de los médicos que la trataban. Por suerte no siempre es así pero sí que esa pregunta de "¿Cómo se encuentra hoy?" me entristecía pues era una pregunta-saludo, realmente no buscaba una respuesta, daba igual.
La movilidad de la cámara me parece genial. Vivian mira a la cámara y se dirige a cada uno de nosotros, su voz retumba en el silencio de la habitación de hospital. O cuando la van a examinar y la cámara hace un picado desde arriba y la muestra allí sola, a la espera de que no la hayan olvidado y alguien venga a verla. Qué desnudo se siente uno con esos pijamas de hospital abiertos atrás, dejándonos llevar en sillas de ruedas de una sala a otra y obedeciendo todas las instrucciones que nos dan y que la mayoría de ellas no entendemos qué son. ¡Qué frágiles nos volvemos ante la enfermedad!
Vivian analiza las fases de su enfermedad con la misma pasión que analizaba los poemas de John Donne."La muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad" dijo el poeta, yo no iba a ser menos y también sufrí en esta película, así pues, pongo un punto aquí, pero punto y aparte, pues, por ahora no tengo intención de volverla a ver y menos proyectarla a mis alumnos.
A. Pajuelo Rollán

Anónimo dijo...

Es una película que refleja según mi criterio lo que es para la mayoría de nosotros la vida. Trabajamos, luchamos... y de modo inexorable llega la muerte. De un modo u otro al final todos terminamos igual. Al final lo que vale es la ternura la compañía de la gente que está con nosotros o la soledad de los que no han sabido compartir su existencia. Al final solo cuenta lo simple.
La interpretación es muy buena y el tema está tratado con dureza pero las notas de humor lo suavizan.

Isabel Fernández Sáez

Anónimo dijo...

Un saludo a todos,

Creo que "Amar la vida"es una de las películas más impactantes que he visionado, el tratamiento del personaje principal nos ha obligado a involucrarnos emocionalmente, a hacer una reflexión sobre la vida y la muerte.Quizás ha pecado de una trama demasiado literaria para abordar una enfermedad terminal como es el cáncer.
Me ha llamado poderosamente la atención el contraste entre el papel deshumanizado de los médicos, únicamente preocupados de sus logros científicos, y la enfermera que es la única "persona" realmente interesada en salvar la vida de la profesora.
El acercamiento y alejamiento de la cámara al personaje cuando la están tratando pone de manifiesto este contraste.
Otro aspecto en el que querría hacer hincapié es en el propio papel de la protagonista, la cual hace una reflexión sobre la vida " agarrándose" al análisis de los versos de su poete preferido...¿esto es amar la vida?
Aparece desprovista de amor por la vida, fría, insensible,de hecho,al hacer un repaso a su vida recuerda realmente cómo era ella y observa la misma situación.
Encuentro que hay un paralelismo enre el papel de los médicos y la paciente: ¡la única que ama la vida es la enfermera!
El final, sobrecogedor, agresivo en las acciones,gestos, el plano...
A pesar de la crueldad de la película, debería hacernos reflexionar sobre las cosas verdaderamente importantes: las relaciones humanas.

Angélica Agujetas

Anónimo dijo...

Aunque hay que reconocer que la interpretación de Emm Thompson es magistral, la película no me ha gustado nada. Nunca hubiera visionado este tipo de film en una sala comercial y es del tipo de película que no terminaría de ver. Mostrar como una enfermedad te consume día a día y no te deja más alternativas que la lucha atrincherada en una cama no es para mi ilustrativo. No comparto la idea con otros compañeros de que es una película que nos enseña a sufrir. No creo que debieramos nunca aprender lo que signifia este término y de todos modos la vida todos los días nos muestra un poquito de lo mismo.
Es demasiado lenta de palabra y de acción. Creo recordar que no hubieron apenas planos exteriores.Todo se desarrolla entre consultas de médicos, aulas,pasillos de hospitales y habitaciones de enfermos. No hay luz por ningún sitio, demasiado gris.
No podría trabajar con mis alumnos de sexto este tipo de película.
Un saludo.
Remedios Climent Mata

Elena Torres Bautista dijo...

Después de la proyección en el curso, tuve interés por ver la película en versión original y, tal y como imaginé, me gustó aún más que la doblada. Espectacular los primeros planos con Emma Thompson, admirable actriz, cuyo simple sonido de la respiración y miradas profundas a cámara ponen los pelos de punta.
Por otro lado, de todos los aspectos posibles para debate que plantea la película, mi cabeza se centra en el del tratamiento frío y científico de los médicos frente a las necesidades reales de la paciente. Me parece un toque de atención magnífico a un sistema sanitario con muchas deficiencias en el trato al paciente, que apenas considera e informa al enfermo, que toma sus dudas como quejas, y que olvida el requisito del respeto y la libertad del otro. Veo importante y necesario que esta cinta, y algunas más del estilo, se proyecten y debatan en las escuelas de enfermería, facultades de medicina y demás centros de formación de personal sanitario.

Elena Torres Bautista

Anónimo dijo...

Si fuera profesor de filosofía proyectaría esta película en clase y, seguramente, muchos alumnos estarían encantados de poder hacer comentarios y exponer lo que les sugiere ante los demás compañeros. Los temas soledad, muerte, enfermedad, están también muy presentes en los adolescentes.
De todas formas, aunque la película me ha parecido muy buena y me ha gustado, no la volvería a ver. La realidad que entraña produce cierta desazón y tristeza. Es una verdad conocida, difícil de afrontar. Begoña García Ramos.

Anónimo dijo...

Considero que es una película muy realista, por ello, no me gusto nada, por varios motivos:
1. El tema.
2. La lentitud con que está rodada.
3. La recreación que hace del sufrimiento y la soledad.
Es ciertos que todo esas circunstancias, se dan en este tipo de enfermedades.
Por ello, creo que la vida ya es bastante dura, como para encima, ir a ver este tipo de películas al cine. No me extraña que durara tampoco tiempo en cartelera. Moisés Jimeno Torres.

Anónimo dijo...

Es una peli conmovedora. Para verla en silencio y dedicarle después mucho más silencio. La enfermedad de la protagonista es terrible y su consecuencia inaplazable. Pero lo que llena la narración y también la pantalla es la soledad. Soledad a espuertas. Una mujer culta, con todos los recursos intelectuales para entender el mundo que le rodea,se siente perdida,y lúcida a la vez,
ante ese mazazo brutal y desconsiderado que es el cáncer. Es una mujer sola, sin hijos ni marido, sin amigos siquiera que ha vivido por y para su trabajo. Un trabajo que le proporciona sus últimos momentos de calma, de armonía con el mundo. No sé si esa mente preclara, capaz de recurrir al humor en medio de la desesperación, supone una ventaja o simplemente agrava el sufrimiento.
Me parece una peli muy aprovechable desde el punto de vista didçáctico porque no endulza ni enmascara; tampoco juzga. Muestra una realidad y nos invita a cargar con el mochuelo de las conclusiones.
Francisco Javier Parra

Anónimo dijo...

Esta película me ha parecido durísima,y aunque yo no doy clases en secundaria,nunca se la pondría a mis alumnos/as.
Algunas veces parece que se recrea en el sufrimiento de la protagonista,la cual,hace un verdadero papelazo,todo hay que reconocerlo...pero la sensación que me lleve al irme a mi casa,prefiero olvidarla...de acuerdo es la realidad,pero con lo que tenemos en la vida,no es necesario que me lo recuerden cuando veo una película.
En fin,es mi humilde opinión.
Angel Antonio Alvarez Gómez

Anónimo dijo...

Empezamos el curso con este telefilme notable, que no oculta su origen teatral, protagonizado, de manera casi absoluta, por una Emma Thompson estupenda (como en muchas otras ocasiones) que borda un papel de esos que permiten lucirse a los actores.
La película trata un tema fuerte y no muy agradable de forma bastante lúcida: no cae en sensiblerías ni tampoco se recrea en los aspectos más morbosos de la trama. En cambio, analiza temas tan transcendentes como la muerte, la soledad, la memoria, el sentido de la vida o las relaciones personales alternando la objetividad con la subjetividad, pero también lo patético con lo analítico (se muestra el sufrimiento y la desesperación de Vivian pero, como en las anotaciones de un texto, ella misma se dirige fríamente, a los espectadores para explicar la narración).
Está claro que el tema principal de la película es la muerte. Ésta aparece en dos sentidos: su idea (los poemas de John Donne) y su realidad, en la que se transforma cuando golpea de cerca. A partir de esta premisa aparece el miedo pero también el replanteamiento de la propia vida. Como el funcionario de Vivir de Kurosawa, la profesora Bearing comienza a amar la vida al descubrir que los méritos profesionales, intelectuales y académicos, que hasta entonces consideraba de importancia capital, no son más importantes que la humanidad, la amistad o la solidaridad, así como que estos valores no son rasgos de debilidad.
Si los médicos aparecen carentes de humanidad (asimilándose a la Vivian de antes de la enfermedad), la enfermera, cuya ignorancia hace reír a la profesora en una de las secuencias, resulta ser el personaje más positivo de la película. ¿Quiere decir esto que el conocimiento científico o académico atrofia los sentimientos y los valores humanos? Sería curioso en una película que contiene frecuentes referencias, ya sean literarias (Donne sobre todo) o musicales (La pregunta sin respuesta de Ives o la Tercera sinfonía de Górecki).

Israel Alberto Cardador Castanedo

Anónimo dijo...

El primer encuentro cinematográfico de este curso con la muerte se produjo con Amar la vida, donde Emma Thompson interpreta magistralmente a Vivian Bearing, una deshumanizada profesora de Literatura inglesa especializada en la poesía de John Donne, muy a propósito del tema, el soneto de Donne, “Muerte, no te enorgullezcas…” acecha durante toda la película.
Tras conocer la funesta noticia de su cáncer, Vivian se aferra a la vida sometiéndose a un tratamiento experimental, que dos médicos tan profesionales en Medicina como ella en Literatura, le ofrecen como última oportunidad. Es aquí donde se produce la lucha de Vivian consigo misma, al descubrir la falta de tacto, de calidad humana de los dos médicos, y reconoce en sí misma el mismo error, tan entregada a su poesía y fanática de ella, que difícilmente existen estudiantes apropiados para acercarse ni siquiera de lejos a John Donne.
Su abrumadora soledad en los momentos más terroríficos de su vida se ve aliviada por los cuidados casi fraternales de la enfermera, si bien con menos conocimientos científicos, más ducha en sentimientos.
Demasiado realista y dolorosa, quizá debido a la magnífica interpretación de Emma Thompson y a lo cercano del tema, nos ha acercado a algunos de nuevo a la poesía de Donne.

María de la Luz Romero Rodríguez.

Anónimo dijo...

Es un película que difícilmente olvidaré por la crudeza temática y la sobriedad de la puesta en escena.
Han pasado cinco meses desde que la proyectaron y muchas veces pienso en ella.
En la sinopsis de la película se puede leer : Haciendo uso de su inteligencia e ingenio, Vivian afronta esta dura prueba, en la que acabará por darse cuenta de que el amor a la vida es su mejor arma. “Amor a la vida”, pero está sola no tiene amigos, ni familiares.....
La interpretación de Eileen Atkins me parece muy convincente.
Purificación Pinto C.

Anónimo dijo...

Es un película que difícilmente olvidaré por la crudeza temática y la sobriedad de la puesta en escena.
Han pasado cinco meses desde que la proyectaron y muchas veces pienso en ella.
En la sinopsis de la película se puede leer : Haciendo uso de su inteligencia e ingenio, Vivian afronta esta dura prueba, en la que acabará por darse cuenta de que el amor a la vida es su mejor arma. “Amor a la vida”, pero está sola no tiene amigos, ni familiares.....
La interpretación de Eileen Atkins me parece muy convincente.
Purificación Pinto C.

Ignacio Ayuso. dijo...

Mike Nichols adapta la obra de Margaret Edson ganadora del premio Pulitzer en 1999 para el canal televisivo de pago HBO. A mí me dio la sensación que más que centrarse en la enfermadad, lo que la película hace es mostrarnos en paralelo - a través de flash backs - las similitudes entre el ambiente académico y la medicina de investigación como dos áreas en la cual sus integrantes a menudo priorizan la fría intelectualidad, la razón sobre las relaciones humanas, el contacto personal. Y es por ello que se nos narra la redención personal de la protagonista a través del "via crucis" que supone el cáncer; donde va percatándose, al recordar su vida, que no tiene amigos, pareja o compañero/a de ningún tipo - ni siquiera tiene un vecino/a que a quien llamar para que apague las luces de su casa que dejó encendida cuando fue llevada de emergencia al hospital. Curioso que esta erudita sea experta en la poesía de John Donne, quien dijo en una de sus frases más célebres: "Ningún hombre es una isla".

Será al final su antigua mentora académica - aquella que le dijo que debería salir y socializar - la única persona que irá a visitarla. El momento más significativo para mí es cuando esta señora le lee "The Runaway Bunny" de Margaret Wise Brown, un clásico infantil acerca del amor incondicional.

Mª Belén Vaca Romero dijo...

"Amar la vida" se centra en cómo la protagonista debe enfrentare a su muerte dándose cuenta de que en realidad no ha vivido más que una vida académica. Por ese motivo está sola, sin familia ni amigos.
Es una película dura, demasiado dura incluso para muchos de los compañeros del curso por lo que he leído en sus comentarios. Creo que difícilmente podríamos proyectarla ante los alumnos sin provocar rechazo. No obstante, sí que podemos seleccionar alguna(s) escena(s) para comenzar un debate o ilustrarlo porque es un tema que puede dar juego en la tutoría de algunos grupos y quizá también en las clases de filosofía.

Anónimo dijo...

Película durísima donde, a raíz de un fuerte revés, la protagonista realiza una especie de repaso de lo que ha sido su vida, dejando en evidencia los graves errores que ha cometido. A pesar de la crudeza de la situación, los temas no son tratados desde un punto de vista exclusivamente pesimista, cuenta con unos toques de ironía que los hacen más llevaderos.
Buen trabajo que nos hace plantearnos hasta qué punto atribuimos importancia a lo que realmente la merece.

Mercedes G. Almeida

Anónimo dijo...

la peli esta chulissssssima

¿Dónde estamos?


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